Una cantimplora de bronce con esmaltes del Museo de Prehistoria de Valencia
Pedro de Palol Salellas
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PEDRO DE PALOL SALELLAS
(Barcelona)
UNA CANTIMPLORA DE BRONCE CON ESMALTES
DEL MUSEO
DE PREHISTORIA DE VALENCIA
Hace ya varios años, vimos en las colecciones del Servicio de
Investigación Prehistórica de la Diputación de Valencia un fragmento,
espléndido, de una cantimplora de bronce decorada con esmaltes en
amarillo, verde y azul. La pieza despertó nuestro interés, de forma que
solicitamos al entonces director del SIP, el doctor Domingo Fletcher,
autorización y documentación para publicar este excepcional ejemplar. Queremos, ahora, actualizar nuestro trabajo y ofrecerlo, en
homenaje al doctor Fletcher que tanta y tan excelente labor realizó al
frente de esta ejemplar institución que ha sido -y es- el SIP de la
Excma. Diputación de Valencia.
El bronce procede del término municipal de Belgida, Valencia, sin
contexto arqueológico alguno conocido. Se trata, pues, de un hallazgo
casual, de recuperación, sin otras noticias, lo cual es de lamentar
dadas las peculiaridades de excepcionalidad de la pieza (1).
(1) Esta pieu in¡rea6 en el Museo de Prehiatoria del Servicio de Inveeti¡aci6n Prehi8t6rica de la
Excma. Diputación d.e Valencia en 1962, junto con otros materialea donadoa por el que fue colaborador
del miamo don Mariano Jomet Peralea y no llevaba indicación de procedencia alguna, aunque por aer la
colección de objetos de B~l¡ida, ea caai aeguro su origen de algón punto de este tmnino mUDicipal
Quiero agradecer la autorización y loa datos para la publicación de ea te trabajo al Servicio de Inveatiga.
ci6n Prehistórica y a sua directorea don Domingo Fletcher Valla y don Enrique Pla Balleater.
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P. DE PALOL SALELLAB
Constituye parte de una cantimplora de bronce, de la que se conserva la gran faja plana que une las placas circulares de la estructura
tronco-cilíndrica de la forma de cantimplora. Se conserva el hueco
para verter el líquido del interior del..r.etipiente, centrado -como es
normal- alas anmas de sujeción del asa. Esta, de forma en n omega,
está unida a estas anmas fijas a la pieza por otra anilla circular: forma
así una asa_perfectamente movible y articulada (fig. 1 y láms. 1 y ll).
Desgraciadamente no tenemos la parte opuesta de esta faja circular; no sabemos, por tanto, si pudo tener pequeños puntos de apoyo -en
caso de no tener colgado el recipiente-. Y, sobre todo, lamentamos la
desaparición de las dos grandes placas circulares que formaban las
dos paredes de este recipiente tronco-cilíndrico. Y lo lamentamos,
sobre todo, por ser el lugar donde con mayor riqueza habría existido la
decoración del mismo.
Fl¡, l.- DibuJo de la decoración del bronce de Bélglda.
Las dimensiones actuales son:
4 mm. de grueso de la placa de metal.
346 mm. de longitud de lo que de la pieza queda
En una restitución total se trataría de una cantimplora de:
16'6 cm. de diámetro aproximado.
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CANTIMPLORA DE BRONCE CON ESMALTES
S
8'6 cm. de separaci6n del apoyo del asa.
6'1 cm. de anchura de la faja conservada.
El interés excepcional del ejemplar estriba, no s6lo en su forma y
funcionalidad, sino -sobre tOdo- en su decoraci6n en esmaltes sobre
bronce, en técnica de Kerbschnilt o Champleve, es decir, hueco en el
bronce relleno de pasta vítrea, en colores.
Constituye, todavía, un tipo de decoraci6n sobre el que no disponemos de estudios. Falta para nuestra Hispania romana un corpus de
bronces con esmaltes. Bien es verdad que ejemplares de la entidad y
tamaño de la cantimplora de Belgida son raros, incluso fuera de
España, mientras son más frecuentes pequeñas :ffbulas, placas de cintur6n, anillos y demás objetos de f\iuar personal; tampoco tenemos
excesiva bibliografia internacional sobre el tema.
La gran placa circular que constituye lo poco conservado de la cantimplora se decora con fajas paralelas con temas en esmalte. Se disponen simétricamente, a partir de una central, que corre en la zona
donde están soldadas las anillas del asa. Esta faja central -la más
compleja- está flanqueada a cada lado por otra ff\ia con temas de
espiga y, en los extremos de la placa, otra faja con triángulos, con tendencia a hojas vegetales con un simple estrangulamiento en su mitad
de forma que recuerda esquemas florales triangulares.
La gran ff\ia central está separada de sus dos laterales mediante
dos cordones lisos paralelos, lo mismo del extremo de la total decoraci6n, de manera que podemos decir se organiza en tres zonas -separadas por estos listeles o cordones-,~ ·central y dos laterales.
Estas constituidas por dos contiguas aunque diferenciadas. Esta distribuci6n responde probablemente a la necesidad de separar una anilla central de soporte al asa más que a una distribuci6n ornamental,
como veremos en otros ejemplares, por ejemplo, en Pinguente.
La decoraci6n se estructura así:
La faja central está constituida por una serie seguida de peñll más
o menos ovoide-plano, con los bordes exteriores con esquema ligeramente floral, con dos temas de tendencia triangular, a ambos lados,
dejando el espacio del medio ocupado por un tema romboidal que une
el 6valo - por su centro externo- con el borde de la ff\ia. Se trata,
pues, de un tema repetido con motivo floral. El interior del 6valo, con
esmalte en azul, contrasta con el fondo de la faja que se decora en
verde. A los dos lados de esta faja, después de cordones lisos, hay un
tema de espiga, muy simple, que recuerda elementos en terra sigiUata
- como veremos-. Las hojas de la espiga son estrechas y bastante
separadas, saliendo del tallo central, en el mismo punto en ambos
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CAN'IIMPLORA DE BRONCE CON ESMALTES
6
esmaltes y que -probablemente- es el mejor paralelo a la famosa y
conocida cantimplora de Pinguente (Istria), hoy en el Kunsthistorisches Museum de Viena (2) (láms. m y IV).
Ejemplos de cantimploras parecidas los tenemos -incluso en
tamaño más reducido, 75 mm.- desde el llamado «ungüentario» de la
necrópolis de Mérida (calle Furnier), junto a un cipo dedicado a C.
Valerius Soldus (3); o bien una «bulla» (50 mm.) de MagdeburgFerm.etsleben (4) decorada con círculos impresos y triángulos a la
manera de Belgida. Prescindimos de las versiones en TS, tanto Gálica
como Hispánica (forma 13), con.las diferencias normales de sujeción:
asas fijas a los lados del gollete, saliente.
El recipiente es de uso común, incluso en tiempos tardíos, no plenamente imperial, como el famoso «gourde» de Conceyreux (Aisne)
(5), con una de sus caras plana y una inscripción cristiana. Una investigación minuciosa podría informarnos claramente sobre el orígen y evolución del objeto, lo cual no nos proponemos en este momento.
Pero nos interesa, ahora, centrar el problema de la pieza deValencia con la famosa cantimplora de Pinguente (Istria), ya que probablemente se trata del único paralelo para la misma, según nos escribió,
hace años, el profesor Rudolf Noll de museo de Viena (6). Desgraciadamente hemos buscado inúltimente un anunciado trabajo del profesor Petrikovitz de Bonn (7), por lo que debemos vale~os de la bibliografla asequible.
Ante todo, el problema de paralelismos con la pieza de Istria, Pinguente, parece claro, aunque nó dispongamos de las dos grandes placas discoidales de la cantimplora, que en Pinguente están muy
bellamente decoradas, mientras que la faja que los une es más rica y
(2) (Inv. Nr. VI 1197), publicado por primera vez en 1883 por E. V. SACKEN, en Jehrbuch des
Kala. Kunetummlungen, 1, p6p. ·U y ea. Un afio deepuée también lo publicó DE LINAS, en Guette
.ArcMolo~t~~:· 188(, pép. US y a . A. RIEGL: «Spitr6miache Kunetindustrie», VIena, 1901 (tra·
ducci6n 1
de B. FORLAT! T.AMARO: «Industria artíatica tardorromana», Florencia, 1963,
p6p. 826 y ea., con abundante bibllografla (pi¡. 882). Agradecemoelu fotogratlea del Muaeo de Viena
al profeaor RudolfNoll Otraa notlclaa bibliogrtiicas en SCHULZ·ZAHN: «Du Ftlratengrab von Hu•
leben», en 1\0miach-Genneniv..he FOI'BChungen, 7, 1988, P4 87.
(S) «Mueeo Arqueol6¡ico de M6rida», en ~emoriaa de loe Mu1801 Arqueo16glcoe Provinciales,
19(2, Madrid, 19(8, p6¡. 1(9, l6.m. XLV, 2.
(() R KJES: t
und Funde, 21, Berlín, 1976, pq. 237, fi¡. l.
(6) J. PILLOY: «La gourde de Concevreux (Aiene)11, en BuDetin .Arc:Wolo¡ique, 1908, p6¡e.
(60yea.
{6) «Eine Parallele ll\1 uneerer emaillierten Fluche von P. kenne ich nicht, du apanilche Grafment
let die erate11 (Cilta de fecha 21 de junio de 1960).
(7) Conocemos el prop6eito del profeaor Petzikovitz de un «kleinea Buchll en la aerie «Noveeeium
Studien» que no conocemoe, eobre un ~to de vaaoa de eeta categoria (19661).
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P. DE PALOL S.ALELLAS
variada en decorción en la pieza de Belgida. Incluso, desde el estricto
punto de vista ornamental, no creemos procedan de un mismo obrador
o de obradores cercanos, a pesar de ciertas semejanzas concretas.
En primer lugar, desde un punto de vista de la forma, el ejemplar
de Pinguente es más ancho que la pieza de Belgida, y menos rico en su
estructura. Así la propia asa en Pinguente es en plancha de perfil
recortado, placa terminada -en sus anillas extremas- en un botón
plano. L~ pieza de Belgida tiene tendencia amorcillada en el arco
extremo soldado a la pieza. También es distinta la manera de inserir el
gollete, troncocónico en Belgida y cilíndrico con anillos circulares
en Pinguente.
Por el contrario, la estructura del armazón de la cantimplora es
idén~co, lo que distribuye de forma semejante la decoración de la faja
anular: un elemento central -saliente en Pinguente y enmarcado por
dos cordoncitos en Belgida- de soporte de las anillas del asa. A partir
de este elemento, la decoración en ambas piezas se distribuye simétricamente .en dos fajas a ambos lados.
La decoración de esta gran pieza anular tiene pocas semejanzas.
Menos rica en Pinguente, donde se distribuyen unicamente cuadrados
y triángulos puramente geométricos, sin propósito alguno de estilización vegetal, ya bien desarrollados en los discos de la cantimplora. El
botón de cierre del vertedor con un tema también en triángulos en distribución radial normal con el esquema del vertedero cilíndrico quizás
pueda paralelizarse a la base del mismo en Belgida. A pesar de ello el
paralelismo es importante y es real.
Dos importantes problemas aparecen para el ejemplar valenciano
al desconocer totalmente su entorno arqueológico: son naturalmente
la cronología del objeto y el origen de su taller. De nuevo debemos
valemos del paralelismo bien cercano de Pinguente.
La cantimplora de Istria apareció en un conjunto de objetos de
cronología diversa. Las publicaciones antiguas son de 1883 y 1884 {8).
Según Riegl (9) se halló una moneda de Adriano, lo que hace imposible
colocar el ejemplar antes de la mitad del siglo ll d. J. C. Las noticias
que amablemente nos comunicó el profesor N oll señalan monedas de
Antonino Pio y sitúan la pieza desde la mitad e incluso hacia finales del
siglo ll. Riegl la utilizó para su valoración del Bajo Imperio en su
importante obra citada. Además del carácter estilístico dentro de la
cultura de La Tene, sigue preocupando no sólo en los trabajos clásicos
(8) Véase nota 2.
(9) RIEGL, op. cit. en la nota 2, pég. 332, habla de una moneda de Adriano.
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CAN'IWPLORA DB BRONCE CON ESMALTES
7
de Fran~oise Henry (10), sobre todo, a través de las estilizaciones
vegetales del gran disco, señalándose -para ésta y para otras
piezas- claras semejanzas con elementos ornamentales precisamente
del siglo n, en los talleres de sigillata centro europeos (11).
De seguir, por tanto, esta pauta cronológica, deberíamos colocar el
ejemplar de Belgida no antes de finales del siglo IT d. J. C. Queda esta
posibilidad simplemente como una pura hipótesis de trabajo; quizás
susceptible de confirmación si comparamos ciertos elementos con
pequeíias ffbulas o placas -dos de ellas en Clunia, hallazgos casuales
inéditos- en ambientes evidentemente anteriores al Bajo Imperio.
La procedencia de taller del ejemplar es muy dudosa. Creemos
que sería preciso filiarlo a algunos de los centros renanos de fabricación de estos esmaltes, ya señalados por Henry (12), aunque en su
estudio de los talleres británico-galos le quedaban totalmente fuera de
contexto piezas tan imQOrtantes ~omo la misma pieza de Pinguente. El
trabajo de Henry, en cierta manera ya tradicional, valora básicamente
los núcleos británicos vinculados estrechamente a la toréutica de La
Tene (13).
Hay algún elemento que nos permite una cierta aproximación a los
ejemplares conocidos. Quizás para la pieza de Belgida, interesa el
friso de hojas horizontales en espiga. Henry publica un cubilete de
Benevento, hoy en el Museo Británico de Londres. La comparación de
sus elementos ornamentales -entre ellos el friso de hojas horizontales
en espiga- le lleva a vincularlo a las fábricas de TS de Lezoux, precisamente en su primer período del tercer cuarto del siglo 1 (14) y piensa
en un taller gálico para la pieza. Es evidente la conexión del tema de
Belgida con el de Benevento, pero el esquema plástico y la técnica son
totalmente diferentes. No creo ninguna posibilidad de vinculación, ni
de taller, ni de cronología.
A la vez el tema de espiga aparece más claro y parecido en una
pequeña placa de cinturón de Brought (Westmoreland) (15) del
(10) F. HENRY: «Émaill8Ul'll d' Occident». en Pliblatoire, n-1, Paria, 1968, pip. 66 y aa. Sobre
Pinguente, páaa. 141-148. No exchzye un oñ¡en «oriental».
(11) HENRY, op. cit. en la nota anterior, pág. 108, fig. 26, por ejemplo.
(12) HENRY, op. cit. en la nota 10, p6.¡. 1.(6,
(13) Probablemente eata caracterlstica de eatilo aea uno de loa ru¡oe dllerenclalee con la
pina valenciana.
(H) HENRY, op. cit. en la nota 10, pág. 108, 1ig. 28.1 Se trata de una pina mucho mú 41clúica>~ y
anti¡ua que lu plezaa de Pinguente o de mlgida; IU decoraci6o ea todavía m.ú correcta y natmalieta, a
la manera de la TS Plica.
(16) HENRY, op. cit. en la nota 10, p6g. 11.(, fig. 27, 2 y S.
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PALOL.- Cantlmplora de bronce
LAM.ll
Fragment.o de la cantimplora de Bélgida.
Museo Británico de Londres, igualmente en otras menores de Chesters (Chorthumberland), quizás de un taller del Sur de Inglaterra de
cronología posterior al122, fecha adrianes de la creación de la famosa
muralla en la Gran Bretaña; pero tampoco es suficiente este ejemplar
para pensar en orígen y cronología del ejemplar de B elgida.
En todo caso, y de forma provisional, nos atreveríamos a fechar
hacia finales del siglo TI d. J. C. el ejemplar valenciano y pensar en un
orígen mejor renano que inglés, dadas las conexiones existentes entre
ambos centros de fabricación, y, sin lugar a dudas, vincular la pieza al
gusto de los militares romanos por el color brillante, lo que puede propiciar - sin dudas- la aparición de obradores semejantes en lugares,
al parecer, distantes como las Islas Británicas -con tan fuerte tradición de La Tene- o centroeuropeos no desvinculados, además, de
influjos orientales como ya señaló también Henry.
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CANTIMPLORA DB BRONCE CON ESMALTES
9
Prospecciones en Belgida podrán, quizás, proporcionarnos el horizonte arqueol6gico-hist6rico que falta a este excepcional ejemplar.
Mientras que un inventario y estudios de todos los bronces con esmaltes aparecidos en Hispania podrían ayudarnos a filiar el origen de uno
de los más importantes y bellos ejemplares de esta técnica. Sirva este
avance y esta sugerencia para promover el estudio de un tipo de objetos olvidados en nuestra arqueología.
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PALOL.- Cantimplora de bronce
Parte supe a
·ior de la can timplora de Ping uente. (Foto, Museo de Viena.)
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LAM. IV
PALOL.- Cantimplora do bronco
Lateral de la cantimplora de Pin.g uente. (Foto, Museo de Viena.)
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PEDRO DE PALOL SALELLAS
(Barcelona)
UNA CANTIMPLORA DE BRONCE CON ESMALTES
DEL MUSEO
DE PREHISTORIA DE VALENCIA
Hace ya varios años, vimos en las colecciones del Servicio de
Investigación Prehistórica de la Diputación de Valencia un fragmento,
espléndido, de una cantimplora de bronce decorada con esmaltes en
amarillo, verde y azul. La pieza despertó nuestro interés, de forma que
solicitamos al entonces director del SIP, el doctor Domingo Fletcher,
autorización y documentación para publicar este excepcional ejemplar. Queremos, ahora, actualizar nuestro trabajo y ofrecerlo, en
homenaje al doctor Fletcher que tanta y tan excelente labor realizó al
frente de esta ejemplar institución que ha sido -y es- el SIP de la
Excma. Diputación de Valencia.
El bronce procede del término municipal de Belgida, Valencia, sin
contexto arqueológico alguno conocido. Se trata, pues, de un hallazgo
casual, de recuperación, sin otras noticias, lo cual es de lamentar
dadas las peculiaridades de excepcionalidad de la pieza (1).
(1) Esta pieu in¡rea6 en el Museo de Prehiatoria del Servicio de Inveeti¡aci6n Prehi8t6rica de la
Excma. Diputación d.e Valencia en 1962, junto con otros materialea donadoa por el que fue colaborador
del miamo don Mariano Jomet Peralea y no llevaba indicación de procedencia alguna, aunque por aer la
colección de objetos de B~l¡ida, ea caai aeguro su origen de algón punto de este tmnino mUDicipal
Quiero agradecer la autorización y loa datos para la publicación de ea te trabajo al Servicio de Inveatiga.
ci6n Prehistórica y a sua directorea don Domingo Fletcher Valla y don Enrique Pla Balleater.
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P. DE PALOL SALELLAB
Constituye parte de una cantimplora de bronce, de la que se conserva la gran faja plana que une las placas circulares de la estructura
tronco-cilíndrica de la forma de cantimplora. Se conserva el hueco
para verter el líquido del interior del..r.etipiente, centrado -como es
normal- alas anmas de sujeción del asa. Esta, de forma en n omega,
está unida a estas anmas fijas a la pieza por otra anilla circular: forma
así una asa_perfectamente movible y articulada (fig. 1 y láms. 1 y ll).
Desgraciadamente no tenemos la parte opuesta de esta faja circular; no sabemos, por tanto, si pudo tener pequeños puntos de apoyo -en
caso de no tener colgado el recipiente-. Y, sobre todo, lamentamos la
desaparición de las dos grandes placas circulares que formaban las
dos paredes de este recipiente tronco-cilíndrico. Y lo lamentamos,
sobre todo, por ser el lugar donde con mayor riqueza habría existido la
decoración del mismo.
Fl¡, l.- DibuJo de la decoración del bronce de Bélglda.
Las dimensiones actuales son:
4 mm. de grueso de la placa de metal.
346 mm. de longitud de lo que de la pieza queda
En una restitución total se trataría de una cantimplora de:
16'6 cm. de diámetro aproximado.
-3S4-
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CANTIMPLORA DE BRONCE CON ESMALTES
S
8'6 cm. de separaci6n del apoyo del asa.
6'1 cm. de anchura de la faja conservada.
El interés excepcional del ejemplar estriba, no s6lo en su forma y
funcionalidad, sino -sobre tOdo- en su decoraci6n en esmaltes sobre
bronce, en técnica de Kerbschnilt o Champleve, es decir, hueco en el
bronce relleno de pasta vítrea, en colores.
Constituye, todavía, un tipo de decoraci6n sobre el que no disponemos de estudios. Falta para nuestra Hispania romana un corpus de
bronces con esmaltes. Bien es verdad que ejemplares de la entidad y
tamaño de la cantimplora de Belgida son raros, incluso fuera de
España, mientras son más frecuentes pequeñas :ffbulas, placas de cintur6n, anillos y demás objetos de f\iuar personal; tampoco tenemos
excesiva bibliografia internacional sobre el tema.
La gran placa circular que constituye lo poco conservado de la cantimplora se decora con fajas paralelas con temas en esmalte. Se disponen simétricamente, a partir de una central, que corre en la zona
donde están soldadas las anillas del asa. Esta faja central -la más
compleja- está flanqueada a cada lado por otra ff\ia con temas de
espiga y, en los extremos de la placa, otra faja con triángulos, con tendencia a hojas vegetales con un simple estrangulamiento en su mitad
de forma que recuerda esquemas florales triangulares.
La gran ff\ia central está separada de sus dos laterales mediante
dos cordones lisos paralelos, lo mismo del extremo de la total decoraci6n, de manera que podemos decir se organiza en tres zonas -separadas por estos listeles o cordones-,~ ·central y dos laterales.
Estas constituidas por dos contiguas aunque diferenciadas. Esta distribuci6n responde probablemente a la necesidad de separar una anilla central de soporte al asa más que a una distribuci6n ornamental,
como veremos en otros ejemplares, por ejemplo, en Pinguente.
La decoraci6n se estructura así:
La faja central está constituida por una serie seguida de peñll más
o menos ovoide-plano, con los bordes exteriores con esquema ligeramente floral, con dos temas de tendencia triangular, a ambos lados,
dejando el espacio del medio ocupado por un tema romboidal que une
el 6valo - por su centro externo- con el borde de la ff\ia. Se trata,
pues, de un tema repetido con motivo floral. El interior del 6valo, con
esmalte en azul, contrasta con el fondo de la faja que se decora en
verde. A los dos lados de esta faja, después de cordones lisos, hay un
tema de espiga, muy simple, que recuerda elementos en terra sigiUata
- como veremos-. Las hojas de la espiga son estrechas y bastante
separadas, saliendo del tallo central, en el mismo punto en ambos
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esmaltes y que -probablemente- es el mejor paralelo a la famosa y
conocida cantimplora de Pinguente (Istria), hoy en el Kunsthistorisches Museum de Viena (2) (láms. m y IV).
Ejemplos de cantimploras parecidas los tenemos -incluso en
tamaño más reducido, 75 mm.- desde el llamado «ungüentario» de la
necrópolis de Mérida (calle Furnier), junto a un cipo dedicado a C.
Valerius Soldus (3); o bien una «bulla» (50 mm.) de MagdeburgFerm.etsleben (4) decorada con círculos impresos y triángulos a la
manera de Belgida. Prescindimos de las versiones en TS, tanto Gálica
como Hispánica (forma 13), con.las diferencias normales de sujeción:
asas fijas a los lados del gollete, saliente.
El recipiente es de uso común, incluso en tiempos tardíos, no plenamente imperial, como el famoso «gourde» de Conceyreux (Aisne)
(5), con una de sus caras plana y una inscripción cristiana. Una investigación minuciosa podría informarnos claramente sobre el orígen y evolución del objeto, lo cual no nos proponemos en este momento.
Pero nos interesa, ahora, centrar el problema de la pieza deValencia con la famosa cantimplora de Pinguente (Istria), ya que probablemente se trata del único paralelo para la misma, según nos escribió,
hace años, el profesor Rudolf Noll de museo de Viena (6). Desgraciadamente hemos buscado inúltimente un anunciado trabajo del profesor Petrikovitz de Bonn (7), por lo que debemos vale~os de la bibliografla asequible.
Ante todo, el problema de paralelismos con la pieza de Istria, Pinguente, parece claro, aunque nó dispongamos de las dos grandes placas discoidales de la cantimplora, que en Pinguente están muy
bellamente decoradas, mientras que la faja que los une es más rica y
(2) (Inv. Nr. VI 1197), publicado por primera vez en 1883 por E. V. SACKEN, en Jehrbuch des
Kala. Kunetummlungen, 1, p6p. ·U y ea. Un afio deepuée también lo publicó DE LINAS, en Guette
.ArcMolo~t~~:· 188(, pép. US y a . A. RIEGL: «Spitr6miache Kunetindustrie», VIena, 1901 (tra·
ducci6n 1
de B. FORLAT! T.AMARO: «Industria artíatica tardorromana», Florencia, 1963,
p6p. 826 y ea., con abundante bibllografla (pi¡. 882). Agradecemoelu fotogratlea del Muaeo de Viena
al profeaor RudolfNoll Otraa notlclaa bibliogrtiicas en SCHULZ·ZAHN: «Du Ftlratengrab von Hu•
leben», en 1\0miach-Genneniv..he FOI'BChungen, 7, 1988, P4 87.
(S) «Mueeo Arqueol6¡ico de M6rida», en ~emoriaa de loe Mu1801 Arqueo16glcoe Provinciales,
19(2, Madrid, 19(8, p6¡. 1(9, l6.m. XLV, 2.
(() R KJES: t
und Funde, 21, Berlín, 1976, pq. 237, fi¡. l.
(6) J. PILLOY: «La gourde de Concevreux (Aiene)11, en BuDetin .Arc:Wolo¡ique, 1908, p6¡e.
(60yea.
{6) «Eine Parallele ll\1 uneerer emaillierten Fluche von P. kenne ich nicht, du apanilche Grafment
let die erate11 (Cilta de fecha 21 de junio de 1960).
(7) Conocemos el prop6eito del profeaor Petzikovitz de un «kleinea Buchll en la aerie «Noveeeium
Studien» que no conocemoe, eobre un ~to de vaaoa de eeta categoria (19661).
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P. DE PALOL S.ALELLAS
variada en decorción en la pieza de Belgida. Incluso, desde el estricto
punto de vista ornamental, no creemos procedan de un mismo obrador
o de obradores cercanos, a pesar de ciertas semejanzas concretas.
En primer lugar, desde un punto de vista de la forma, el ejemplar
de Pinguente es más ancho que la pieza de Belgida, y menos rico en su
estructura. Así la propia asa en Pinguente es en plancha de perfil
recortado, placa terminada -en sus anillas extremas- en un botón
plano. L~ pieza de Belgida tiene tendencia amorcillada en el arco
extremo soldado a la pieza. También es distinta la manera de inserir el
gollete, troncocónico en Belgida y cilíndrico con anillos circulares
en Pinguente.
Por el contrario, la estructura del armazón de la cantimplora es
idén~co, lo que distribuye de forma semejante la decoración de la faja
anular: un elemento central -saliente en Pinguente y enmarcado por
dos cordoncitos en Belgida- de soporte de las anillas del asa. A partir
de este elemento, la decoración en ambas piezas se distribuye simétricamente .en dos fajas a ambos lados.
La decoración de esta gran pieza anular tiene pocas semejanzas.
Menos rica en Pinguente, donde se distribuyen unicamente cuadrados
y triángulos puramente geométricos, sin propósito alguno de estilización vegetal, ya bien desarrollados en los discos de la cantimplora. El
botón de cierre del vertedor con un tema también en triángulos en distribución radial normal con el esquema del vertedero cilíndrico quizás
pueda paralelizarse a la base del mismo en Belgida. A pesar de ello el
paralelismo es importante y es real.
Dos importantes problemas aparecen para el ejemplar valenciano
al desconocer totalmente su entorno arqueológico: son naturalmente
la cronología del objeto y el origen de su taller. De nuevo debemos
valemos del paralelismo bien cercano de Pinguente.
La cantimplora de Istria apareció en un conjunto de objetos de
cronología diversa. Las publicaciones antiguas son de 1883 y 1884 {8).
Según Riegl (9) se halló una moneda de Adriano, lo que hace imposible
colocar el ejemplar antes de la mitad del siglo ll d. J. C. Las noticias
que amablemente nos comunicó el profesor N oll señalan monedas de
Antonino Pio y sitúan la pieza desde la mitad e incluso hacia finales del
siglo ll. Riegl la utilizó para su valoración del Bajo Imperio en su
importante obra citada. Además del carácter estilístico dentro de la
cultura de La Tene, sigue preocupando no sólo en los trabajos clásicos
(8) Véase nota 2.
(9) RIEGL, op. cit. en la nota 2, pég. 332, habla de una moneda de Adriano.
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7
de Fran~oise Henry (10), sobre todo, a través de las estilizaciones
vegetales del gran disco, señalándose -para ésta y para otras
piezas- claras semejanzas con elementos ornamentales precisamente
del siglo n, en los talleres de sigillata centro europeos (11).
De seguir, por tanto, esta pauta cronológica, deberíamos colocar el
ejemplar de Belgida no antes de finales del siglo IT d. J. C. Queda esta
posibilidad simplemente como una pura hipótesis de trabajo; quizás
susceptible de confirmación si comparamos ciertos elementos con
pequeíias ffbulas o placas -dos de ellas en Clunia, hallazgos casuales
inéditos- en ambientes evidentemente anteriores al Bajo Imperio.
La procedencia de taller del ejemplar es muy dudosa. Creemos
que sería preciso filiarlo a algunos de los centros renanos de fabricación de estos esmaltes, ya señalados por Henry (12), aunque en su
estudio de los talleres británico-galos le quedaban totalmente fuera de
contexto piezas tan imQOrtantes ~omo la misma pieza de Pinguente. El
trabajo de Henry, en cierta manera ya tradicional, valora básicamente
los núcleos británicos vinculados estrechamente a la toréutica de La
Tene (13).
Hay algún elemento que nos permite una cierta aproximación a los
ejemplares conocidos. Quizás para la pieza de Belgida, interesa el
friso de hojas horizontales en espiga. Henry publica un cubilete de
Benevento, hoy en el Museo Británico de Londres. La comparación de
sus elementos ornamentales -entre ellos el friso de hojas horizontales
en espiga- le lleva a vincularlo a las fábricas de TS de Lezoux, precisamente en su primer período del tercer cuarto del siglo 1 (14) y piensa
en un taller gálico para la pieza. Es evidente la conexión del tema de
Belgida con el de Benevento, pero el esquema plástico y la técnica son
totalmente diferentes. No creo ninguna posibilidad de vinculación, ni
de taller, ni de cronología.
A la vez el tema de espiga aparece más claro y parecido en una
pequeña placa de cinturón de Brought (Westmoreland) (15) del
(10) F. HENRY: «Émaill8Ul'll d' Occident». en Pliblatoire, n-1, Paria, 1968, pip. 66 y aa. Sobre
Pinguente, páaa. 141-148. No exchzye un oñ¡en «oriental».
(11) HENRY, op. cit. en la nota anterior, pág. 108, fig. 26, por ejemplo.
(12) HENRY, op. cit. en la nota 10, p6.¡. 1.(6,
(13) Probablemente eata caracterlstica de eatilo aea uno de loa ru¡oe dllerenclalee con la
pina valenciana.
(H) HENRY, op. cit. en la nota 10, pág. 108, 1ig. 28.1 Se trata de una pina mucho mú 41clúica>~ y
anti¡ua que lu plezaa de Pinguente o de mlgida; IU decoraci6o ea todavía m.ú correcta y natmalieta, a
la manera de la TS Plica.
(16) HENRY, op. cit. en la nota 10, p6g. 11.(, fig. 27, 2 y S.
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PALOL.- Cantlmplora de bronce
LAM.ll
Fragment.o de la cantimplora de Bélgida.
Museo Británico de Londres, igualmente en otras menores de Chesters (Chorthumberland), quizás de un taller del Sur de Inglaterra de
cronología posterior al122, fecha adrianes de la creación de la famosa
muralla en la Gran Bretaña; pero tampoco es suficiente este ejemplar
para pensar en orígen y cronología del ejemplar de B elgida.
En todo caso, y de forma provisional, nos atreveríamos a fechar
hacia finales del siglo TI d. J. C. el ejemplar valenciano y pensar en un
orígen mejor renano que inglés, dadas las conexiones existentes entre
ambos centros de fabricación, y, sin lugar a dudas, vincular la pieza al
gusto de los militares romanos por el color brillante, lo que puede propiciar - sin dudas- la aparición de obradores semejantes en lugares,
al parecer, distantes como las Islas Británicas -con tan fuerte tradición de La Tene- o centroeuropeos no desvinculados, además, de
influjos orientales como ya señaló también Henry.
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CANTIMPLORA DB BRONCE CON ESMALTES
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Prospecciones en Belgida podrán, quizás, proporcionarnos el horizonte arqueol6gico-hist6rico que falta a este excepcional ejemplar.
Mientras que un inventario y estudios de todos los bronces con esmaltes aparecidos en Hispania podrían ayudarnos a filiar el origen de uno
de los más importantes y bellos ejemplares de esta técnica. Sirva este
avance y esta sugerencia para promover el estudio de un tipo de objetos olvidados en nuestra arqueología.
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PALOL.- Cantimplora de bronce
Parte supe a
·ior de la can timplora de Ping uente. (Foto, Museo de Viena.)
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LAM. IV
PALOL.- Cantimplora do bronco
Lateral de la cantimplora de Pin.g uente. (Foto, Museo de Viena.)
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